La aproximación a la
psicología desde la perspectiva teórica cognitiva se basa en el
estudio de los procesos y estructuras mentales, y las relaciones determinantes entre la
cognición, el ambiente y la biología de
una persona sobre su propio comportamiento. Pretende evaluar y modificar la forma en cómo
pensamos, asumiendo que una gran parte de la problemática psicológica de una
persona proviene en gran medida de ciertas maneras erróneas de pensar,
manifestándose éstas de forma directa en nuestras creencias, nuestra ética, los
valores y la moral, adquiridos durante
nuestro desarrollo y educación.
Una de las principales
premisas de este paradigma es la plasticidad, entendida como la flexibilidad y potencialidad que nuestro sistema neuronal
nos ofrece. Estudios e investigaciones provenientes de la neurología y la
neurociencia, disciplinas que han evolucionado exponencialmente gracias a los
avances de la tecnología, demuestran que nuestro sistema
nervioso está en constante proceso de transformación, desarrollando nuevas
conexiones y redes neuronales e incluso auto-rehabilitando lesiones de su
sistema. Todo esto genera una
extensa base donde poder trabajar para conseguir nuestros objetivos y bienestar personal.
Asumiendo que los
pensamientos, emociones y sensaciones se
generan en distintas áreas cognitivas y a la vez
se afectan mutuamente, puede ocurrir que en ocasiones se produzcan distorsiones cognitivas que
condicionen nuestro comportamiento. La
estrategia a seguir
buscará promover cambios cognitivos y comportamentales centrados en los
problemas y dificultades que estén provocando un malestar individual,
desarrollando e interiorizando nuevos comportamientos más adaptativos al
contexto personal, y obteniendo así
resultados significativos en
trastornos de:
- Depresión.
- Miedos y fobias.
- Obsesiones y pensamientos disfuncionales.
- Episodios postraumáticos.